La utilización de la energía le ha permitido a la humanidad grandes avances tecnológicos.
Le ha facilitado la realización de tareas comunes y corrientes en la vida diaria ahorrándole tiempo y esfuerzo.
Hoy en día podemos trasladarnos al otro lado del mundo en cuestión de horas, comunicarnos en segundos con otros continentes, e incluso, enterarnos de todo lo que pasa en el planeta en tiempo real.
Pero... ¿Ha valido la pena?
¿Cuál ha sido el precio que hemos pagado por gozar de estas comodidades?